Mi niño grande, mi gran apoyo de hoy y de siempre.
Luchando con sus contradicciones, cuerpo de hombre en mente
de niño o ideas de hombre en su joven cuerpo, caminando hacia la persona fuerte
y madura que un día será.
Lidiando entre la adoración a su madre y el amor debido a su
padre. Nadie le ha pedido que se posicione, pero él entiende que en algún
momento deberá hacerlo y sabe de qué lado se inclinará la balanza.
No hay equilibrio y él lo sabe, aunque intenta mantenerse en
el eje y yo aplaudo su decisión, porque es madura, pensada y hoy por hoy, justa.
Mi niño grande, uno de mis dos grandes amores. Mi cómplice,
mi debilidad, mi ternura.
Mi gran tesoro, mi gran fortuna.
Mi mayor riqueza.
Puedes pelearte y luchar por unos pocos euros. La mayor
riqueza de nuestra vida la tengo conmigo. Soy generosa y la comparto contigo,
pero ese es mi gran patrimonio, el único que no podrás quitarme jamás.